20 feb 2013

Pablo de Rojas

Germen de la imaginería procesional y considerado como el padre de la escultura andaluza, pues aunque relacionado con la escuela granadina, al ser el maestro de Juan Martínez Montañés hará posible el nacimiento también de la otra escuela del sur de España, la de Sevilla. Nació cerca de los arrabales de Alcalá la Real y su nombre original fue Pablo Sardo González, que nos revela el  lugar de nacimiento de la familia, Cerdeña. Pero del apellido paterno, Raxis, castellaniza éste y desde entonces será conocido en la posterioridad como Pablo de Rojas. Aprendería los primeros rudimentos del arte de su padre, afamado pintor. Pasa su adolescencia en su ciudad natal y se casa con una alcalaina. Con treinta años se marcha a Granada, allí se hace discípulo de Rodrigo Moreno y en la parroquia de Santiago establece su taller, lugar de residencia de muchos artistas que trabajaban en las numerosas iglesias y conventos que por aquellos años se levantaban en la ciudad. 

Rojas es el eslabón que enlaza el romanismo manierista con el naturalismo barroco, el creador de los prototipos de Crucificados y Nazarenos andaluces, y aún de los castellanos. Los Cristos anteriores a Pablo de Rojas carecían de emoción, de personalidad y de brío. Eran signos de cruz más que imágenes. Pablo de Rojas, en cambio, los talla para mirarlos de cerca, frente al que reza, los humaniza para que conmuevan al que los contempla, y crea un tipo de Crucificado muerto, contrabalanceado, con mínima efusión de sangre, y anatomía veraz y huesuda. El paño de pureza se sujeta con cuerda, formando dos nudos, uno colgante y otro pequeño en el costado opuesto. Sólo un leve reguero de sangre mana de la herida del costado. 

Antes de él la imaginería estaba vinculada a los retablos y no se la concebía de modo independiente, la imagen procesional tenía una categoría inferior, siempre encargada a maestros de menor categoría. Pablo de Rojas por tanto será el escultor que dará el paso decisivo para la adecuada valoración de la imagen procesional, al tender, por propio instinto, a la concepción de la figura aislada, sobria y rotunda de traza, de vigoroso plasticismo. Su fama se extendió por los antiguos reinos de Granada, Córdoba y Jaén, donde se le atribuyen una gran cantidad de retablos, imágenes y obras menores como andas, sagrarios o insignias. 

Rojas trabajó también en el retablo de San Jerónimo, junto a famosos imagineros como su propio maestro, Juan Vázquez o Melchor de Turín, obra fundamental para la evolución del renacimiento hacia el manierismo naturalista que desembocará en el barroco. Dijo de él el prestigioso profesor José Martín González que sus esculturas son reposadas; presentan pliegues doblados con naturalidad, largos cabellos encuadran las cabezas. En los mismos Crucifijos predomina la quietud, invitando a la oración contemplativa...

Obras destacadas 

- Nazareno de la iglesia de las Angustias (Granada, 1586). 
- Nazareno de Huétor Vega (bastante posterior). 
- Crucificado del Seminario Mayor de Granada, anterior a 1580, tipifica el modelo. 
- Crucificado de la capilla de las Angustias de la Catedral de Granada (1592). 
- Crucificado de la Casa Diocesana de Acción Católica de Granada (procedente de la capilla arzobispal de la Zubia), de excelente policromía de tonos casi lechosos, que según Sánchez-Mesa preludian las creaciones de Mora. 
- Cristo atado a la columna, el de la Paciencia, titular de la cofradía sacramental del apóstol San Matías de Granada 

Obras atribuidas 

- Crucificado de la Sacristía de la Parroquia de las Angustias de Granada. 
- Crucificado del Convento de Carmelitas de Granada. 
- Crucificado del Sagrario de la Catedral de Granada.

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